“¿Me está picando algo o es parte del cariño?”

Todo marchaba bien: la charla fluyó, la audiencia estaba enganchada, la música enamoraba. Pero luego le pedimos grabar unos saludos para la emisora… y ahí empezó la verdadera historia.

 Un estudio, una alfombra… y muchas sospechas

Lo llevamos a un pequeño estudio improvisado que usábamos para grabar cuñas. Enmoquetado, sin ventilación, acogedor… pero poco higiénico, por decirlo bonito.

Mientras preparábamos los textos, Manzanero empezó a rascarse sin disimulo. Primero el cuello. Luego los brazos. Luego todo.

Yo fingí demencia profesional. Pero por dentro pensaba:
“Tierra, trágame… ¡¡el maestro Manzanero está siendo devorado por pulgas en mi cabina de grabación!!”

Terminó la grabación con elegancia, sin decir una palabra. Pero su expresión lo decía todo.

 El reencuentro… y la gran frase

Pasaron los años. En 1992, Manzanero regresó a Perú para otro tour promocional. Esta vez los estudios de Radio A estaban renovados, modernos y libres de bichos (¡lo juro!).

Volvimos a encontrarnos. Al finalizar la entrevista, me miró con una sonrisa cómplice y me dijo:

“Amigo Espinoza… menos mal que ya no tiene pulgas la radio.”

 100 años de radio en Perú: anécdotas que construyen historia

Hoy, en el marco de la celebración por los 100 años de la radio en el Perú, esta anécdota resume lo que ha sido mi vida detrás del micrófono: encuentros inolvidables, situaciones insólitas y, sobre todo, conexión humana.

Porque la radio no es solo un medio. Es una escuela de vida. Y si algún día tienes la suerte de entrevistar a un grande como Manzanero… asegúrate de que no lo pique nadie.